Vamos con una peli que trata de tocar la fibra sensible, pero me ha parecido muy poco creíble. Puedo creer que un crío tenga un trauma tras perder a un padre tan repentinamente, pero no me creo que un niño rarito que no usa transportes públicos recorra él solito ni más ni menos que la ciudad de Nueva York buscando a gente extraña, y para más inri, con una pandereta, no sé a quién se le ocurrió esto pero se lució. Tampoco me ha conseguido enganchar el tema de la llave que tiene que abrir algo, sabes que es imposible que lo averigüe, aunque al menos se resuelve de una manera eficaz. El único punto positivo es la actuación del chaval, porque da el pego, pero la película sólo busca la lágrima fácil desde el comienzo hasta el final y a mí no me ha calado. Le doy un 5.
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