Vamos a despedir esta grandiosa serie con la que es su quinta y última temporada, donde ya no queda ni rastro del Walter que la empezó: ya hace tiempo que estamos ante un auténtico profesional del negocio, y no me extraña el miedo que ha podido sentir su mujer porque realmente cuando uno entra en ese mundo sólo puede tirar hacia delante y ya no hay marcha atrás. Pero a pesar de eso, es curioso cómo Walter consigue que el espectador no sienta odio hacia él, sino más bien, una gran admiración. Esta temporada tengo que decir que no me ha gustado tanto. Empieza de manera sosa, incluso el capítulo en el que roban el tren me parece improbable y aburrido, y el hecho de que tengamos algunos flashforwards le quita un poco de gracia al asunto. Sin embargo, la cosa se pone interesante cuando Hank averigua que su querido cuñado es el hombre que busca. La verdad es que Hank se lo ha trabajado bastante y merece saberlo. Lástima su final. Y hablando de finales, yo esperaba un final impactante como pasó en la temporada anterior, o uno, al menos, esperanzador. El hecho de que nos deje tantas preguntas en el aire como por ejemplo, qué será de Jesse o si la familia de Walter finalmente aceptará el dinero, se puede aceptar como válido, pero creo que podrían haberle dado un final más apoteósico porque la serie se lo merecía. Pero bueno, muy buena serie y la recomiendo.
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