Vamos con una serie española que trata sobre niños robados y mentiras familiares, que se mueve en dos líneas temporales distintas: una en el año 2001 cuando la protagonista tiene 27 años y descubre no ser quién le habían hecho creer. Y otra en el 2013 cuando la vemos escapar de una cárcel china y regresa a Madrid con otra identidad decidida a vengarse. La verdad es que al principio no engancha mucho: no sólo no entiendes lo de la cárcel sino que parece que la cosa no fluye con naturalidad y le falta más profundidad. Luego la cosa mejora un poco, aunque los últimos capítulos rompen un poco con la estética de la serie, aunque explican lo de su estancia en China. Si bien la trama me parece floja, lo que sí me gusta es su gran elenco de actores y actrices que están por encima de la propia historia, como son Victoria Abril, que brilla con luz propia, Verónica Sánchez, que pasa de adolescente de Los Serranos a ser toda una macarra muy bien interpretada, Jordi Rebellón que deja de ser el Doctor Vilches para ser miembro del Supremo, Antonio Hortelano, el chulo de Compañeros que ahora habla andaluz, o Eloy Azorín, que me recuerda a Jesse Pinkman de Breaking Bad. También decir que la ambientación de principios de los 2000 están muy bien conseguida. Ahora sólo espero que la segunda temporada mejore la primera.
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