Vamos con la primera aventura de estos graciosos compañeros, Wallace y su perro Gromit, que se quedan sin queso y deciden viajar ni más ni menos que hasta la luna para conseguir este delicioso manjar. La historia se puede decir que se divide en dos: la primera mitad del cortometraje se centra en cómo Wallace prepara el viaje creando un cohete en el sótano de la casa, y la segunda ya tiene lugar en la superficie lunar, donde conocen a un robot, que por cierto, recuerda mucho a "Wall-e", y consiguen su propósito. En definitiva, una auténtica joya animada donde a base de plastilina se logra crear todo un mundo cuidado al mínimo detalle, que desborda imaginación y que realmente consigue hacernos disfrutar de estos dibujos. Le doy un 8.
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