Vamos con una película que trata el tema de la superación personal, de luchar por los sueños y no darse por vencido, aunque las piedras del camino nos hagan tropezar una y otra vez. En este sentido la película consigue mantener al espectador pegado a la pantalla y meterse en la piel del joven protagonista que tendrá que lidiar con un profesor -con cierto aire al calvo de la lotería-, duro de pelar y al que dan ganas de estampar contra la pared, aunque acabamos entendiendo que su crueldad es en bien del artista. En definitiva, una película imprescindible para los amantes de la batería y del jazz y para el resto, una historia de la que aprender. Le doy un 7.
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