Esta segunda temporada merece mención especial la matriarca de la familia, pues la vemos metida en un rollo espiritual que los vuelve locos a todos, y aunque intenta acercarse a sus hijos, la pobre no lo acaba de conseguir. La verdad es que esa mujer a mí me pone un poco de los nervios. También cobra protagonismo su hijo Nate, primero por su grave enfermedad y después por su inesperada paternidad, y mencionar a Brenda cuyo personaje parece estar cayendo en saco roto. Por lo demás, vemos a David que ha vuelto con Keith, a Claire que tiene alma de artista y a Federico cumpliendo su sueño de ser parte de la empresa. Y decir que el final me ha parecido muy emotivo porque deja al espectador nervioso esperando en la sala del hospital a que termine la operación de Nate. Ya tengo ganas de empezar la tercera temporada!
No hay comentarios:
Publicar un comentario