Vamos con una excelente película de animación, de una belleza visual extraordinaria y rebosante de imaginación y originalidad por los cuatro costados, que pese a su carácter infantil, nos cuenta la socialmente mal vista relación entre una encantadora ratita y un oso grandullón. Su mayor atractivo recae en que los dibujos están creados a mano, y también en la importancia de los valores que inculca tales como el amor y la ausencia de prejuicios sociales en un marco de dulzura, ternura y con una sensibilidad que de verdad es de admirar. La recomiendo. Le doy un 8.
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