El maestro japonés Hayao Miyazaki ha logrado transmitir toda la ternura e inocencia de la niñez en esta película mágica, emocionante, desbordada de imaginación y belleza y lo más importante, sin ningún tipo de violencia, aunque tengo que decir que por encima de la historia misma, lo que más me ha encantado han sido los personajes, sobre todo Mei, la pequeña, que es graciosísima. Muy recomendable tanto para niños como para adultos. No os quedéis sin verla, porque sería una verdadera pena. Le doy un 8.
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