Vamos con una película protagonizada por un adolescente introvertido, aficionado al skate y que frecuenta el Paranoid, que no es sólo el lugar de encuentro de los skaters marginales, sino el lugar donde se refugia de una realidad que se desmorona, sobre todo cuando recae sobre él la sospecha de estar implicado en un asesinato. Pero lo importante del film, más que la investigación policial, es cómo nos adentramos en su perspectiva subjetiva y llegamos a sentir empatía por él, y sólo cuando conocemos cómo se produce el accidente que acaba con la muerte del guardia de seguridad, comprendemos su comportamiento asociado al miedo y al sentimiento de culpa. Decir que la escena del accidente es impactante -el hombre partido en dos como metáfora de que todo en la vida de este chico se está partiendo por la mitad- y que los actores, que son desconocidos porque fueron sacados de la calle, están muy bien. Lo que no me ha terminado de convencer es el trabajo de cámara que utiliza el movimiento ralentizado, creo que sólo sirve para que la cinta dure más innecesariamente. Pero bueno, está bien. Le doy un 6.
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